Critica Cine "La Habitación"
- Rafa Valle
- 10 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 mar 2018
Tenia muchas ganas de adentrarme en esta historia dirigida por Lenny Abrahamson, muchas críticas positivas y las aplaudidas actuaciones de sus protagonistas hacían que estas ganas no hicieran más que crecer, y sin duda ‘La Habitación’ no sólo cumplió con mis expectativas, las superó.

Con un guión basado en una novela, ambos escritos por Emma Donoghue, ‘La Habitación’ es una película que desde su premisa representaba todo un reto, al suceder gran parte de su historia en una habitación de mínimas dimensiones, que el director ha sabido dirigir con maestría.
La historia nos habla de Jack (impresionante Jacob Tremblay), un niño que está cumpliendo 5 años los cuales ha pasado todos encerrado en una habitación junto a su madre Joy (Brie Larson), quien hace 7 fue secuestrada y encerrada en ese lugar. Ambos sobreviven con la comida, víveres y ropa que cada noche les lleva El Viejo Nick, el hombre que les tiene cautivos, momento en el que Jack debe esconderse en el pequeño armario.
Las virtudes de la película se multiplican en su primera parte, minimalista, asfixiante y llena de tensión, donde el director se las arregla para transmitir toda la incomodidad posible ante lo que se ve y lo que no se ve, con un adecuado uso del fuera de campo que evita mostrar momentos que se prestan al morbo, y apuntalado por la perfecta química entre Larson y el pequeño Tremblay, que con mucha sensibilidad consiguen conmover al espectador.
Y es esa interacción entre madre e hijo lo que sostiene un relato que va desde lo íntimo, dentro del asfixiante lugar donde viven, siempre con una puesta en escena cuidada y nada convencional, a una expansión temática y física en una segunda parte un tanto menos arriesgada pero que no desmerece ante su excepcional primer tramo.

‘La Habitación’ es una película tensa y desgarradora que deja fuera todo tema morboso para centrarse en ese vínculo inquebrantable, donde el talento desde la dirección coincide con un guión sólido y dos intérpretes en estado de gracia, para lograr convertir a la película en toda una experiencia emocional y que la convierte en la mejor película del pasado año sin lugar a dudas.
Lo mejor: El pequeño Jacob Tremblay, imposible no rendirse a su inmenso trabajo con el que logra transmitir todos sus sentimientos y su ternura de manera impecable.
Lo peor: Nada.
Valoración: 9/10
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