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Crítica Cine "Blade Runner 2049"

  • Foto del escritor: Rafa Valle
    Rafa Valle
  • 17 nov 2017
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 16 mar 2018

Quisiera comenzar mi critica aclarando que para un servidor la primera “Blade Runner” es sin duda la mejor película scify de todos los tiempos, una obra maestra sin igual. Es por ello que considero normal que tras 35 años nadie se haya atrevido a hacer una secuela porque el listón era insuperable.


Pero llegó Denis Villenueve (con las destacadas “La llegada” y “Prisoners” a sus espaldas) y es de justicia decir que superó la prueba con una valentía y con un resultado final cargado de elegancia y marca propia. El reto no era fácil para la sistemática comparativa que de forma inevitable tenía que soportar.

Vayamos por partes. El guión y la trama tienen su parte sorpresiva pero tampoco estamos ante diálogos demasiado ingeniosos o complejos. No hay en ningún momento enigmas indescifrables que nos obliguen a estrujar el cerebro. Con personajes que hablan más a través de los silencios y actitudes que con la conversación se muestra todo el entramado sin subterfugios ni engaños. La intención va más encaminada a mostrar ambientaciones densas y opresivas en un futuro distópico al tiempo que, de forma bien sugerida, se nos van presentando aquellas preguntas existenciales en torno a los recuerdos, lo que nos diferencia como humanos de unos androides que están fabricados y no nacidos, la conciencia o la complejidad de las emociones. Una intención que se consigue con creces y que supera con nota el obstáculo de tener una duración desmedida. Efectivamente, en algún momento parece que se atasca todo, pero siempre nos sale a socorrer una fotografía espléndida en unos entornos enigmáticos y llenos de detalles que, además, se configuran como un universo particular huyendo de una estricta imitación de la primera parte .


De todas formas he echado de menos el atrevimiento y la capacidad de seducción de los personajes secundarios además de la música singular de Vangelis sin desmerecer un Hans Zimmer que, cuando aparece, cumple perfectamente la función de inquietar poderosamente.

Ante la pregunta de si es necesario ver la primera parte para aquel que todavía no lo haya hecho la respuesta es un si contundente en el caso de que queramos disfrutar de todos los espejos y homenajes que podremos encontrar en la película.

Dos horas y cuarenta minutos que sirven para dejarnos inundar de un cine meritorio por su espectacularidad, su capacidad de transmitir trascendencia sin agobiar a pesar de que la lucha por superar el original ya estuviera perdida de entrada.


Lo mejor: La fotografía de Roger Deakins es sencillamente espectacular, un trabajo digno de ser premiado en los Oscar. El cuidado y el mimo que ha tenido Dennis Villeneuve al dirigir la película se nota en el resultado final, impecable secuela. El reparto al completo, resaltando a un gran Ryan Gosling y unas sorprendentes Sylvia Hoeks y Ana de Armas.

Lo peor: Su ritmo pausado al igual que en la Blade Runner de 1982 hará que mucha gente se quede sin apreciar toda la magia que tiene esta secuela.


Valoración: 8,5/10 (No te la pierdas)




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